
#MiViajePorJapón: Curiosidades Niponas #1
Es bien sabido que Japón, y Asia en general, siempre ofrece algo de qué hablar, incluso muchas veces fuera de todo nuestro entendimiento debido a su cultura, forma de vida, sociedad y hasta personalidad. Cuando visitas Japón muchas de esas curiosidades saltan a la vista, dejándote con diferentes sentimientos, ya sea de sorpresa, duda, miedo o maravilla. Incluso, puedes quedarte con interrogantes, con sonrisas falsas y hasta con la idea de “no sé qué diablos hago en Japón”, “Esos japoneses son uno ridículos” o “Qué feliz soy”, “Esto es precioso”, “Quiero dos para llevar”. Japón es todo un mundo, tiene tanto por ver y experimentar que no acabarías nunca, incluso para los mismos habitantes, que sacan tendencias así como los calzones que usan. Son una sociedad rara, diferente y a veces ridícula, pero al mismo tiempo espirituales, culturales y creativos. Todo un choque de culturas y emociones.
Por eso, decidí hacer varias listas de curiosidades japonesas, aquellas que ya conocía, algunas otras que viví en carne propia; muchas que descubrí y experimente y otras que preferí ignorar.
Curiosidades Niponas #1
1) Japón es un mundo lleno de cosas “kawaii”
Ya hice una entrada de esto hace algunas semanas, pero es algo que vale la pena recalcar. Japón es un país que utiliza cosas lindas en todo lo que hace, en todos los lugares y para todo. No importa si vas en el tren, verás carteles y señalizaciones con dibujos cute. En los parques igual, los restaurantes son un foco del virus kawaiioso, ya que sus menús, las mascotas o hasta la comida, utiliza ese formato. En las tiendas encontrarás puras cositas lindas, en la ropa, las tazas, los utensilios de cocina y hasta en las bolsas, mochilas, cuadernos y papelería.
Su afán por mostrar cosas lindas y tiernas es tan grande que se ha vuelto toda una cultura, la cultura de lo kawaii, ya que en la calle podrás ver anuncios, mapas, figuras, ¡hasta los autos! Todo lleno de muñequitos graciosos, tierno y de colores. ¡Es el mundo de ponerle cara a todo! Créeme, perderás la cuenta de todas las cositas que tienen ojos y boquita, muñequitos que decoran un panfleto, los vagones, el piso y hasta las bolsas del supermercado.
Una curiosidad que no podrás pasar desapercibido ya que en todo momento lo “kawaii” está presente, a donde vayas y en donde estés; en lo que hagas y hasta en lo que comes.
2) Encontrarás baños en el metro hasta por debajo de la mesa
Cada vez que tenía ganas de ir al baño y no estaba cerca de alguna plaza comercial, lo ideal era entrar al metro, ya que las estaciones de trenes están llenos de baños y lo mejor de todo, ¡sin tener que pagar un sólo peso! Aunque eso sí, los baños japoneses no acostumbran a tener jabón ni toallas para secarte, pero para una emergencia, entrar al baño del metro es de las mejores opciones que existen.
Lógicamente también hay en los parques, lugares turísticos, restaurantes y centros comerciales, como en todos los países, con baño y que no cobran ni un centavo. Es una necesidad biológica, por lo tanto no entiendo esos lugares que te cobran cinco pesos (mexicanos) por hacer lo que tienes que hacer como en el metro de México o lugares públicos. Pero como la sociedad japonesa se caracteriza por resolver los problemas con demasiada soltura y facilidad, el hecho de que la mayoría de su población se mueva en trenes y metro, su lógica advierte que existan baños por montón. Además, las estaciones son pequeñas ciudades subterráneas, por lo que la cantidad de gente que circula por ahí es inmensa. Tenían que cubrir la demanda.

3) El baño en algunos lugares públicos está en el suelo
Sí, así como lo lees. Ya mencioné que los metros japoneses tienen baños por montón, pero te llevarás una sorpresa al entrar, ya que sólo uno de los baños es tradicional, la taza de baño que todos conocemos, y los otros están al nivel del suelo. Son un tipo de mingitorio alargado empotrado al piso e imposible de usar. No quiero entrar en detalles, pero si no estás acostumbrado a eso y no llevas falda o vestido, los accidentes con los pantalones pueden ser vergonzosos.
En una ocasión, el ex novio de una amiga, que es japonés, no enseñó, en pleno andén y con gente a nuestro alrededor, el uso correcto de ese tipo de baños. Con risas y demás le dimos las gracias y seguimos utilizando los baños tradicionales, tal ves en alguna otra ocasión me arriesgue a hacer el ridículo.
4) Las coladeras tienen dibujos y colores
En una entrada hablé sobre el suelo en Japón y la maravilla que éste ofrece, pero quiero hablar puntualmente del Manhoru, el arte de la decoración de alcantarillas.
Es muy difícil poner atención al piso cuando hay un mundo frente a nosotros por descubrir, pero recomiendo que lo hagan, que de vez en cuando miren a sus pies para encontrarse con coladeras decoradas con castillos, paisajes florales, el monte Fuji, escenarios de ensueño, mandalas, historia y hasta dibujos de servicios como agua o bomberos. El manhoru es un mundo de color y diseño en las tapas de metal que están en el suelo y que casi nadie hace caso. Vale mucho la pena que en tu caminar mires el suelo que pisas, ya que no sólo encontrarás coladeras bonitas, sino detalles sorprendentes que te sacarán una sonrisa.
Una forma creativa de colorear las calles niponas.
5) Los japoneses no saben moverse en su país
Esto es algo que descubrí desde el primer segundo, incluso mucho antes de llegar a Japón. Les contaré una historia (jajaja ya me parezco a un candidato a la presidencia). Cuando fui la primera vez, no sabía cómo irme de Narita a Tokyo, por lo que decidí preguntarle a la pareja japonesa que tenía a lado de mí en el avión. No supieron responderme. Con el paso de los días, aventuras y las veces que recorrí el país, me percaté que eso era algo natural en ellos: los japoneses no sabe cómo viajar en su ciudad.
No importaba si eran jóvenes, ancianos, mujeres, adultos u hombres; persona al que le preguntaba por alguna dirección, un lugar, un edificio, la forma de irme más rápido a tal lugar, etc. ¡Nunca sabían! Se desorientaban y giraban la cabeza como si un ser divino les diera la respuesta, le preguntaban a su acompañante o volvían a mirar a su alrededor en busca de ayuda. Era muy divertido ver su cara de desconcierto, en serio, sabía moverme mejor yo que ellos ¡y eso que era extranjera! Al final tenían que sacar el Google Maps y ubicarse o se rendían y me las tenía que arreglar sola. No era posible que no sepan dónde están los lugares en su propio país.
El colmo de los colmos, no saber dónde está la oficina postal en la estación de Narita, buscar por todos lados con su característico “Are?” (muletilla parecida al ¿eh?), revisar los mapas y al final, darse cuenta de que estaba exactamente atrás. No exagero, no miento, me pasó y tengo un testigo de eso.
Curiosidades divertidas y algunas impresionantes. Así serán estas listas, igual de extrañas y graciosas, así como lo es Japón en general.


2 Comentarios
Vanely Ramos
Yo soy testigo de la situacion presentada por el policía en la búsqueda de la oficina postal. No me reí en su cara por miedo a ser deportada, pero cuando no hubo peligro, soltamos la carcajada como no es nuestra costumbre.
Rosee
Una escena que jamás olvidaremos. No puede ser que el policía fuera tan despistado. Tal vez era su primer día y como siempre, nosotras importunando a la gente.