
Vida diaria: La escritura, es a lo que me dedico
Hace tres años, cuando comencé a escribir de manera consistente y dedicada, mi maestro me preguntó: ¿qué es lo que deseas hacer con tu escritura? Sin pensarlo dos veces le dije que mi sueño era vivir de la escritura, vivir de mis historias y de mis libros. Que lo que más quería era que las personas me leyeran y se identificaran con las historias y los sentimientos. Mi mayor sueño es conectar con mis lectores gracias a lo que yo escribo.
Tal vez años atrás esa idea la tenía un poco descuidada y se me hacía imposible llegar a ella debido a que no tenía el conocimiento que tengo ahora, la entrega, la pasión, las personas que me ayudan a seguir con mi escritura, y sobre todo, las ganas, la dedicación, el hábito y todos los cursos que he tomado.
Sé que aún me falta mucho por aprender y por hacer, pero gracias al camino que he recorrido junto a la literatura, los libros que tanto amo y mi escritura puedo decir que tal vez aún no vivo de la escritura, pero ya es a lo que me dedico.
La escritura, es lo que hago
Para que pueda vivir de mi escritura aún falta mucho, pero eso no significa que no dé pasos que al principio podrían pasar desapercibidos y que a la larga me han llevado a donde me encuentro en este momento, o que las decisiones que tome ahora, me conduzcan a algo más grande.
En la actualidad puedo decir que la escritura forma parte de mi día a día, es a lo que me dedico en estos momentos y es algo que me emociona, me llena y me enorgullece mucho ya que estoy haciendo lo que me gusta para llegar a cumplir mis más grandes sueños.
Y tal vez te preguntes ¿qué haces cómo para decir que te dedicas a la escritura?
Espejismos
Primero que nada, y creo que es lo más importante, mi primer libro publicado. Ya lo he mencionado mucho y por ahora no me cansaré de hacerlo. Es mi primer hijo y lo cuido, lo presumo y hablo de él como si no tuviera otra cosa que hacer en mi vida ¡Y con justa razón! Cuando escribes con el corazón, dedicación y el alma, jamás piensas que un libro tuyo será publicado, por lo que este primer y gran paso lo celebro a diario y lo coloco en esta entrada porque a pesar de que ya lo escribí, el trabajo no termina ahí: promoción, difusión y seguir escribiendo de él en mis entradas o en redes sociales.
Escribir un libro no es el fin, existen muchos más y trabajo detrás que se tiene que hacer para que ese libro salga a la luz y más gente lo conozca. Esto me lleva al segundo punto:
Novelas, cuentos y blog
Mi tarea como escritora continúa con otras historias y vivencias. Es por eso que ya tengo como mil proyectos de escritura que deseo realizar: Mil Lunas, una novela de dragones, magia y romance; Diarios de Japón, lo que viví en mis dos viajes al país del sol naciente; Las 4 Estaciones, una antología de cuentos románticos vividos en primavera, verano, otoño e invierno; y Delirio de un corazón roto, una serie de cuentos cortos en el que el desamor es el protagonista del libro.
Quiero hacer todo y escribir todo, pero tengo que centrarme en sólo un proyecto si no, no haré ninguno.
Además, en mi blog trato de escribir dos veces a la semana aunque a veces se me pase o me dé flojera (porque sí, eso me pasa muy seguido). No dejo las libretas ni la computadora para vaciar todas las palabras dentro de mi cabeza en documentos en blanco. Sólo me hace falta más disciplina y es algo que me ha costado trabajo.
Concursos
En el 2017 entré a mi primer concurso gracias Triade Magazine, una revista española digital en la que apliqué mi primer poema llamado “He llorado” (el cual se encuentra en Espejismos) y lo que gané fue la publicación online de éste. Fue la primera vez que alguien publicaba algo mío, la primera vez que me atreví a mandar un texto para que unos jueces lo revisaran y personas que no conocía (sin contar a mis compañeros de escritura o maestros) leyeran algo que escribí.
Desde ese momento mi confianza creció y comencé a entrar a más concursos, algunos no los ganaba, otros sí y hasta me invitaban a conferencias para conocer más sobre el mundo editorial como lo hizo Endira. Algunos han sido publicados, como el microcuento “Siempre el mismo viernes”, concurso realizado por Sweek y otros han pasado desapercibidos, pero al final del día lo sigo intentando, sigo escribiendo para esos concursos, para esas convocatorias y lo mejor de todo es que me gusta mucho la adrenalina de intentarlo.
Mi trabajo
Tal vez te preguntes ¿cómo le haces para no morirte de hambre? Y es una buena pregunta, por ahora Espejismos no me da de comer, pero sí mi carrera profesional y mi trabajo.
Desde hace tres meses trabajo en una empresa de videojuegos como redactora web por lo que además de que este empleo es quien me mantiene, quien me da el dinero para los libros que compro, los concursos a los que me inscribo, los libros que deseo publicar y material extra como escritora (publicidad, animación, presentaciones) en Cracken Esports hago lo que me apasiona de algo que me encanta. En otras palabras, ¡escribo sobre videojuegos!
No fue nada fácil, así como en la escritura pasé por muchos trabajos de ventas, colaboraciones gratuitas, eventos y relaciones publicas para llegar al puesto en el que ahora me encuentro y eso es algo que me hace muy feliz, así como todo lo listado anteriormente porque ¿a quién no le gustaría hacer lo que le gusta de lo que le gusta?
Talleres de escritura
Esto es algo que estoy retomando ora vez. Hace tiempo lo hacía y me gustaba mucho: hablar con personas que están perdidas en la escritura como yo lo estuve (y aún lo estoy), con chicos y chicas que tienen grandes ideas, pero que no saben cómo transmitirlas en papel, los que se bloquean, tienen miedo o no saben qué hacer. Me gusta mucho ayudar a las personas que están pasando por lo mismo que yo y aconsejar con experiencias propias y empatía, porque eso es algo que hace falta mucho al escribir: que no rompan tu creatividad.
Incluso, después de que salió mi cuento en el libro de Sweek y saqué Espejismos, comenzaron a llegarme varios mensajes de ayuda o que necesitaban algún consejo. Me gusta que me pregunten, que me dejen leer sus escritos y hacer una retroalimentación de ello no sólo porque ayudo a personas como yo, sino porque hace que recuerde lo que he aprendido, refuerza lo que sé, aprendo cosas nuevas de la escritura y hasta despierta mi imaginación.
Próximamente comenzaré un taller, para que estén al pendiente.
Notas finales
Y como ya me emocioné y escribí mucho en esta entrada, puedo resumir que sí, lo que hago en estos momentos es dedicarme a la escritura, no hago otra cosa (más que leer) y me siento tranquila, contenta y con el camino trazado, el cual, hace muchos años no existía; era como un laberinto sin forma, oscuro y mugriento del que me costó mucho, pero mucho trabajo salir. Por eso disfruto de lo que hago porque estoy haciendo lo que realmente amo que es (por si las dudas) escribir.

