
Inspiración: La colección de libretas bonitas
Me gusta mucho escribir a mano (aunque últimamente no lo he hecho) y es por esa razón que desde que me dedico a la escritura, siempre he tenido una atracción importante por las libretas bonitas, con diseños atractivos y de papel suave. Libretas que por cierto, compraba para no usarlas.
Cuando entro a una papelería grande o incluso en mis viajes a Japón, siempre he gastado mucho en libretas. Me gusta ver sus diseños, que me inspiren a escribir en ellas o tenerlas de colección. Ese era uno de los inconvenientes. Compraba libretas para no usarlas hasta que me di cuenta de que las pobres, se quedaban arrumbadas sin un uso especial.
La vida de los cuadernos
Sí, tengo libretas muy bonitas y me encanta verlas o tenerlas sin usar; pero, desde algunos años para acá, me di cuenta de que fueron hechas para usarse. ¿Cuántos arbolitos no se usaron para su creación? ¿Cuántas personas estuvieron detrás de sus diseños y fabricación? ¿Cuántas historias no amarían vivir dentro de esas hojas de papel? Me puse a pensar que si las tenía arrumbadas y sin usarse, no les estaba dando la vida que merecían. Creo que una libreta existe gracias a las ideas, los sucesos, aventuras y pensamientos escritos en cada una de ellas. Por eso comencé a utilizarlas.
Por otro lado, aunque parezca falso, cuando se utilizan las libretas; así con todos sus tachones, palabras, letras, frases y correcciones, hace que éstas se vean mejor, que resalten, que se vean llenas de vida.
Es un poco a lo conocido como el “Wabi Sabi“. El arte de lo imperfecto. Una técnica japonesa que reconstruye los objetos dañados, tapando sus imperfecciones con oro o plata para que estos luzcan mejor. Este arte menciona que mientras más heridas tengamos o mientras mas rupturas, desgarros o imperfecciones tenga el objeto, o nosotros mismos; el resultado es belleza, conocimiento, fortaleza e historia. Creo que esto le pasa a las libretas. Gracias a todos los errores, correcciones, hojas sueltas y hasta la letra toda deforme; hace que el resultado sea magnífico, bello y hasta resalta la belleza de la libreta.
Mi colección de libertas, usadas y sin utilizar
Tengo muchas. Compradas en mis viajes, en papelerías, librerías o hasta de videojuegos. Algunas las uso para escribir notas pequeñas, otras para escribir historias enteras. En algunas colecciono frases, en otras escribo mi poesía. Todas tienen un uso especial y las que no he utilizado aún, siguen a la espera de que la pluma relate en sus hojas, una aventura; que deposite en el papel algún sentimientos; que describa en sus líneas mis pensamientos.
Y sobre todo, las que ya utilicé, ahora poseen vida propia. Dentro de ellas existen sucesos; mantienen emociones, lágrimas y romance. Guardan confesiones, secretos y algunas ideas. Están llenas de mí, de lo que me ha acontecido en mis años de existencia; de lo que he pensado, de lo que he llorado, de lo que he soñado e imaginado. Ahora esas libretas son como juglares. Seres que pueden contar historias a quien las lea, a quien las escuche. Seres que contienen una parte de mí.
Cada libreta ahora tiene mi esencia dentro de ellas y han cumplido con su función. Tienen vida propia.

