
Mi estilo de escritura: Mi experiencia de vida
Cuando comencé a escribir quería escribir de todo —y lo sigo haciendo—; pero poco a poco, la vida, los libros que leo, mis autores favoritos o autores que me enseñaron algo; me han encaminado a centrarme en ciertos temas, a escribir de determinada forma; a encontrar poco a poco mi estilo de escritura.
Si bien me he querido centrar en temas románticos, no sólo sentimentales, sino de la apreciación de la vida; el realismo mágico es algo que mantengo presente, así como ciertos toques de surrealismo, ficción especulativa y demás términos de los que hablaré en siguientes posts. También en mis escritos me he encaminado al terror o suspenso, fantasía, magia y hasta poesía, haiku y aforismos; géneros que nunca había tocado.
Pero si una cosa es segura, además de mi imaginación, sueños, libros, música y videojuegos que me han inspirado para escribir; es que la mayoría de mis textos tienen una carga importante de mi experiencia de vida.
Lo mencioné una vez en mi reseña de “Recuerdos” de Dazai Osamu. El llamado “La escritura del yo”. Una forma de escritura basada en hechos reales o que le sucedieron al autor. En este caso, mi escritura tiene muchas, pero muchas referencias de situaciones que he vivido y que, gracias a los diferentes géneros literarios, he plasmado en cuentos, poesía, novelas cortas y hasta en los temas de mi blog.
Mi experiencia de vida
Una de las interrogantes era ¿quién va a querer leer sobre mi vida? Osamu me enseñó que se puede. Banana Yoshimoto también. No es que escriba una autobiografía —aunque a veces me dan ganas—; es plasmar situaciones traumáticas, felices, amigos, familia o experiencias que he tenido a lo largo de mis años, para maquillarlos en alguna historia.
Por ejemplo, Osamu trató de quitarse la vida dos veces, estas dos fallidas. Una experiencia traumática que lo marcó hasta que logró cumplir su cometido. Esta escena la retrató en diferentes historias, en contextos distintos y con personajes variados. En total, o lo que decía el libro, fueron seis veces en que describió y escribió el suicidio del personaje y fallar en el intento.
¿Qué sucede conmigo? Hace un par de años me enamoré profundamente de alguien que no correspondió a mis sentimientos. Gracias a este episodio de mucho dolor escribí Espejismos. Gracias a esas emociones y lo que viví con él, he escrito pequeños cuentos, algunas frases y sí, hasta tengo dos novelas programadas —una terminada y la otra por comenzar—basadas en lo que viví gracias a este amor. Una de ellas es Delirios de un corazón roto y el otro es Mil Lunas, ambos títulos tentativos, pero la historia ahí está. La columna existe y es lo que viví con este hombre, lo mucho que lo amé y lo desgarrador que fue separarme de él.
Pero no todo gira entorno a esta situación. Muchos escritos están basados en lo que me gusta, en lo que me inspira y en la manera que veo al mundo. Ciertamente, mis personajes se parecen entre ellos porque están basados en mí, en mi vida y en mis decisiones. Y los que no, debido a sueños o a un fugaz momento de inspiración.
Mi mundo es un libro
En varios lugares de escritura, repiten hasta el cansancio, que las historias vienen de lo que escuchamos o vemos a nuestro alrededor. Una plática en alguna cafetería, lo que le sucedió a una persona; algo que leímos o sobre una película que en algún momento vimos. Los videojuegos también son un motivo de inspiración, pero todo esto es algo que viví, algo que presencié y que, de alguna u otra forma, me marcó para crear una historia. Pero la realidad es que, casi todo lo que escribo, tiene que ver conmigo.
Mi vida no es muy interesante, ni tampoco es que quiera ser egoísta; pero al ser yo la protagonista de este libro llamado vida, he podido explotar sentimientos tan intensos que me siento con la capacidad de mostrarlos al mundo. ¿Para qué? Para conectarme con la Tierra, con la humanidad y para crear empatía. Creo que es algo que nos hace falta mucho en estos momentos: algo que nos haga ver, entender y conectar con lo que en verdad importa en el mundo; con nuestras emociones, con nuestro pensamiento, realidad y sueños.
No es fácil abrir el corazón y enseñarle al mundo mis sentimientos y vivencias. No es nada fácil que los demás lean el libro de mi vida, no importa el género que sea o el personaje; situación o hasta el universo en el que se desarrolla la historia. Siempre existirá un gran porcentaje de mí en cada línea, en cada capítulo y eso, lo vuelvo a repetir, no es nada fácil.
Pero es algo que me gusta escribir aunque me ponga el pie a cada rato, me aterrorice mostrar mis textos y me sabotee alegando que nadie leerá lo que escribo; que a nadie le va a gustar o que criticarán esos sentimientos que viví.
Escribir este tipo de historias es complicado, triste y horrible. La carga emotiva es impresionante. Pero las palabras fluyen solas y han sido recibidas por ustedes con cariño y aceptación. Por eso, he de confesar que sí, uno de mis estilos de escritura es, mi propia experiencia de vida.

