Microcuento #7: En el callejón

Ella lo abrazó en el callejón. Casi anochecía y nadie pasaba por ahí. Ni personas ni automóviles, sólo el frío del invierno que giraba alrededor de ellos, como si quisiera ser parte de lo que se formaba entre ellos dos.

Él rodeó su cintura y emitió un sonido bajo, un lento suspiro que salió de sus labios en señal de satisfacción.

—Se siente tan bien —dijo ella con ternura, como si fuera una niña pequeña. Inhaló el aroma de su cuello y pegó su cuerpo más al de él. Quería mostrarle lo mucho que lo deseaba.

—Sí—respondió él en un susurro parecido al ronroneo de un gato. No hizo movimiento alguno. Sus ojos se mantenían cerrados, deleitándose con el momento; con el calor que compartían sus cuerpos en la noche helada acompañada de nieve.

Ella tuvo que dar el primer paso. Se separó de él y buscó sus labios. Los beso suavemente, sin prisa alguna; a la espera de que él la correspondiera. Con lentitud él acarició su beso, su primer beso. Ella rodeó su cuello con ternura y moldeó sus cabellos con dulzura. Él la abrazó con fuerza para no soltarla, como si deseara que ese momento no terminara nunca.

El final llegó sin avisar. Se miraron a los ojos por unos momentos. Una sombra de tristeza atravesó la mirada de ambos. Sabían el destino que les esperaba.

Sonrieron y se fueron caminando de las mano a la parada más cercana. Se despidieron con un beso en la mejilla. Ella subió al camión y le dijo adiós con la palma. Mientras el vehículo se alejaba le dedico una última sonrisa, acompañada de una lágrima que tal vez, él ya no logró ver. Sus caminos eran diferentes. Siempre lo fueron y siempre lo serían.

Jamás se volvieron a ver.