
Reseña: Si los gatos desaparecieran del mundo de Genki Kawamura
Esperé mucho para leer “Si los gatos desaparecieran del mundo” de Genki Kawamura. Siempre que iba a la biblioteca de la Fundación Japón estaba en préstamo; por lo que aproveché para sacar otros títulos mientras esperaba éste que me llamó la atención desde que lo anunciaron en sus redes sociales. Y la espera no fue en vano.
Si los gatos desaparecieran del mundo es un libro maravilloso, lleno de emociones, preguntas ante nuestra existencia como seres humanos y sobre todo; una reflexión de lo que tenemos en nuestra vida, lo que hacemos con las cosas y la importancia que se le ha dado a lo material en lugar de a lo que en verdad importa.
Sin hacer spoliers, el libro me llenó de lágrimas, especialmente en el capítulo titulado con el mismo nombre del libro; así como también el final. Hizo que reflexionara sobre mi alrededor, sobre la vida, la muerte; lo que perdemos y lo que estamos dispuestos a dar o hacer para continuar viviendo. De igual manera, hizo que pensara acerca de las relaciones humanas, de cómo vivimos actualmente; del valor que le damos el vivir todos los días para después morir.
Pero de lo más importante, es la enseñanza sobre el egoísmo. Existen cosas materiales que no importan si desaparecen o no; no es relevante si continúan en este planeta o no. Sé que si desaparecieran los libros sería algo mortal, al igual que la música; ¿pero el internet? Podría sobrevivir sin él, al igual que el teléfono. Pero hay cosas que si se eliminan del mundo, causarían mucha tristeza y soledad. La Tierra no sería la misma.
¿Qué estarías dispuesto a eliminar del mundo por vivir un día más?
Si los gatos desaparecieran del mundo mantiene esa idea en mente. ¿Qué estaríamos dispuestos a perder? ¿En algún momento dejaremos de pensar en nosotros para darle vida a algo o alguien más? ¿Qué tan importante es lo material para ti como para que dejara de existir de un día para otro?
El libro cuenta la historia de un chico de treinta años que está a punto de morir debido a un tumor cerebral. Él es un cartero cuya vida a sido neutral hasta el momento de su enfermedad. Cuando se da cuenta de que sólo tiene un día de vida, no sabe qué hacer; no tiene idea de si necesita escribir una lista de cosas que le gustaría hacer antes de morir como lo hizo su madre. Si dejar todo en manos del destino; si contactar a su padre de quien no sabe nada desde hace cuatro años…
Sólo tiene 24 horas y el tiempo se le acaba. Un listado no sirve de nada. Él sabe que no hará lo que esté escrito en ella, por lo que no sabe qué hacer con ese tiempo, con su departamento, su gato llamado Col; su trabajo, las personas cercanas a él hasta su entierro.
Pero el día que él se entera de su muerte cambia drásticamente cuando se le aparece el diablo —vestido con camiseta hawaiana y lentes oscuros—; para hacerle un trato a cambio de un día más de vida: desaparecer algo del mundo con tal de tener otras 24 horas en la Tierra.
Después de pensarlo un poco, el chico accede. Lo que él no sabe es que Aloha —el apodo del diablo—será quien decidirá las cosas por desaparecer.
¿Que pasaría si algunas cosas desaparecieran del mundo?
Lo primero que elimina son los teléfonos celulares. El cartero cuenta cómo es la vida sin estar pegado a la pantalla del celular; y reflexiona, junto al lector, sobre la vida digital que existe actualmente y el cambio en la sociedad cuando éstos son eliminados del mundo.
¿Cuántas otras cosas han desaparecido de la Tierra para darle un día más de vida a alguien? Es una pregunta que se hace el protagonista y que, como lectora, también me llegó muy profundo. Me puse a pensar en los animales extintos, en los antiguos televisores; en algo que existía y que no lo sabía. Tal vez no es la tecnología o la contaminación. Tal vez es el diablo haciendo un pacto con algún humano para desaparecer algo de la Tierra con el fin de vivir un día más.
Poco a poco Aloha va desapareciendo cosas de la Tierra y el diablo, a pesar de su naturaleza, le da permiso al protagonista de hacer un ritual para despedirse de ellas. Por ejemplo, cuando desaparece el teléfono, el cartero le habla al amor de su pasado y nos cuenta la historia de su romance. Se decidió por ella porque fue alguien importante para él y sabía que, sin el teléfono, tal vez nunca volvería a hablarle.
La vida del cartero y el gato llamado Col
Mientras más desaparecen las cosas y los días de vida se alargan; conocemos más acerca de su familia, la enfermedad de su mamá y el por qué no se habla con su padre. También Genki nos relata la vida de Col, por qué se llama así y cómo fue que llegó a la familia del cartero.
El gato es un elemento importante en la historia. No por nada está implícito en el título. El animalito es como la salvación del muchacho; el ser que lo reconforta y quien limpia sus lágrimas. Es su compañía, su única familia y su preocupación al no saber qué hacer con él cuando muera.
Además, es el vínculo que aún tiene con su madre y le tiene un amor tan profundo que no podría desprenderse de él, ni dejar que desaparezcan del mundo; por ganar un día más de vida. Es en este momento cuando vemos la verdadera naturaleza del ser humano. Si el egoísmo o el amor es quien rige nuestra vida. La importancia de lo material ante la existencia en la Tierra. La bondad, dulzura y simplicidad que el universo, en animalito indefenso, deposita como un regalo para los seres humanos.
Kawamura supo muy bien cómo tocar los sentimientos, en especial si eres un amante de los animales y los gatos. Logró manejar muy bien la balanza entre lo material y lo que importa en la vida. El desafío ante una decisión crucial de seguir existiendo a cambio de seguir eliminando cosas sin importancia como los relojes o los celulares; o recapacitar sobre la vida, perdonar y vivir el último día con la idea y la esperanza de que la pureza, calor y la ternura seguirán existiendo en el mundo para enseñarnos lo que es el amor verdadero e incondicional.
Si los gatos desaparecieran del mundo te dejará pensando en lo que tienes ahora, lo que estarían dispuesto a dar por un día más de vida y a darte cuenta de que en el mundo existe algo más que el dinero, las cosas materiales y la presunción. Ser llama: vivir.

