
Poesía: Pequeño
Es pequeño.
Casi nadie lo ve.
Mejor dicho, nadie,
solo yo.
Casi no se manifiesta.
Se esconde detrás de la risa
desea dormir todo el día
pero se levanta,
porque se lo exigen
porque se lo ordeno
aunque quiera seguir escondido
porque así vive bien.
Nadie lo comprende
sólo a mí me habla en sueños
con los ojos abiertos
en reuniones o en silencio.
Hablamos el mismo lenguaje,
a la vez tan diferente.
-Quiero salir- me dice
y lo consiento
lo dejo libre
que haga lo que quiera.
Después vuelve a descansar
y viene la soledad.
Me he acostumbrado al pequeño
aunque me haga daño
aunque me maltrate
y me deje desprotegida
tirada
con las heridas abiertas de sus golpes
sus rasguños
sus palabras.
Nadie se percata
es invisible ante los demás
como un fantasma
parecido a un espíritu maligno
odioso,
que inflige dolor en el alma
no en el cuerpo.
Rasga y tritura
corta y mata
heridas evaporadas
que jamás serán escuchadas
vistas
entendidas.
Me habla constantemente
dice cosas malas
hace cosas malas
dejo al pequeño moverse a su antojo
y cuando se va
silencio y paz
que dura un día
una hora
un segundo
porque vuelve a despertar
con hambre
con ganas de matar
con la mente nublada de maldad.
Busco la aquella ancestral cura
que lo haga dormir eternamente
pero no existe, ya no existe
siempre estará al acecho
para encontrar en momento idóneo
de volver a atacar.

