
Escritura de viajes
La semana pasada fui a un taller de escritura de viajes impartido por Aniko, una chica que he seguido desde hace tres o cuatro años y que me inspiró para hacer este último viaje a Japón. Para dar un poco de contesto rápido, mi tercer viaje al país lo quería hacer de mochilazo, conseguir dinero con mis escritos, practicar el slow travel (viajar lento, sin prisas y disfrutar el momento) y no sólo estar en Japón. Mi idea era ir a Corea, Tailandia, China y empezar mi vida como nómada digital por todo el mundo. Pero al final no hice nada.
Cuando supe que ella venía a México y que haría este taller, no dudé en inscribirme porque, como puede que sepan, estoy mega atorada en mi proyecto de Diarios de Japón. No sé cómo escribirlo, qué contar ni cómo empezar. Tengo muchos borradores y ninguno me gusta, ninguno me convence. Por eso decidí ir a su taller. La verdad es que necesitaba ayuda.
Escritura de viajes

La escritura de viajes no es tan diferente de la escritura común que hago todos los días: hábitos, descripciones y emociones. Eso me quedó muy claro. Más bien, me da terror abrir el corazón y expresar tantas, pero tantas experiencias que viví en mis tres viajes. No sabía por dónde empezar, si tenía que contar todo, si a los lectores les iba a aburrir mi vida allá o lo que pasé antes de irme. Le pregunte como mil cosas. Todas mis dudas. Y me las respondió muy amablemente, pero ¿que creen? Sigo atascada.
En mis tres viajes pasé aventuras distintas, aprendí mucho y cada viaje fue muy, pero muy diferente al anterior. Cada uno me dejó con algo nuevo, distinto y un crecimiento personal y espiritual que no sé cómo mostrar, no sé cómo escribir.
Me maravillé con muchas cosas, lugares y personas. Lloré mucho y fui feliz, realmente feliz. ¿Cómo escribir todos esos sentimientos sin confundirme yo o confundir al lector? ¿Cómo describir emociones sin aburrir al lector? ¿De qué manera transporto a Japón a las personas que aún no han ido y abrir el corazón si vergüenza?
Aniko dio varias claves y distintas maneras de contar la historia. Su taller fue muy enriquecedor y volví a reforzar mis conocimientos sobre la escritura. Pero sigo con el terror de poner la primera palabra, de escribir la primera frase. Debería dejarme guiar y escribir si presión, sin miedo; pero no puedo.
A veces creo que no es lo que quería contar. Por momentos pienso que estoy describiendo de más. ¿Dónde está el termino medio? Aniko nos habló de ello y aún no lo encuentro. No es necesario contar todo.
Libros sobre viajes
Uno de los problemas es que no he leído suficientes libros de viajes. No quiero parecer un folleto de una agencia. Quiero mostrar las emociones y los sucesos tal cuál las viví, sin vergüenza y que las personas se entusiasmen al leerme, que viajen a Japón gracias a mis palabras. Quiero tanto y este texto tiene tantas expectativas que me bloqueo y lo atraso, lo atraso y lo vuelvo a atrasar.
Aniko nos recomendó leer libros de viajes, aprender de ellos y ver cómo le hicieron los autores para retratar sus aventuras. De ella tengo dos libros (que no he leído), pero casi me he aventé todo el blog para saber lo que tenía que hacer cuando me fui a mi tercer viaje.
Sólo he leído uno y es tan antiguo, pero tan hermoso, que no creo jamás igualarlo. Se llama Diarios de viaje escrito por maestro del haiku: Matsuo Basho. Quise hacer algo similar, pero no me salió. Quiero ponerle ilustraciones, pero me da flojera (y esa flojera es un resultado de mi temor).Quiero hacer tanto, pero no hago nada.
En pocas palabras, el taller me ayudó mucho a saber qué es lo que tengo que contar, a crear una rutina, a leer libros sobre viajes y una posible manera de empezar el escrito; pero mi bloqueo tiene que ver más conmigo. De verdad me gustaría poder expresar todo, todo lo que tengo en mi mente, en mi corazón y en los pequeños diarios que escribí cuando estuve de viaje. Las locuras, las lágrimas, las risas; la sorpresa, mi transición de rica a pobre. La manera en que me conecté con el país, la espiritualidad, los errores; la comida, los chicos que conocía, los amores…todo. ¿Pero cómo?
Creo que no es el espacio adecuado para mostrar mi frustración, pero si no, ¿dónde?
Hacer experimentos
Lo único que me queda por hacer es seguir haciendo experimentos, romper el bloqueo que tengo. Tal vez si escriba diario sobre mi viaje, de repente las palabras fluyan y toda esta tormenta se desvanezca para siempre.
De verdad quiero contar mi historia y que ustedes se rían, lloren o se enamoren del país así como yo. Creo que eso también es un bloqueo. Al llegar a Japón me sentí como si llegara a mi hogar y por eso me cuesta tanto trabajo escribirlo. Tal vez por miedo a la burla, a que eso no existe o a la crítica. Es un texto tan personal que me da miedo que lo lleguen a hacer trizas. Pero como todos mis maestros me han dicho, incluso Aniko, no a todos les vamos a gustar. Y eso es algo que me tengo que guardar en la cabeza como un mantra.
Agradezco el taller de Aniko porque ahora sé qué contar y por resolver todas mis dudas. Ahora el trabajo tiene que ver conmigo. Leer libros de viajes, leer los libros que tengo pendientes de ella; eliminar mi miedo y dejar que las palabras fluyan así como cuando escribí esta entrada.
Nunca creí que escribir sobre viajes fuera tan difícil, en especial cuando fueron viajes de reflexión, crecimiento y mucho amor. De verdad espero que este proyecto llegue a cumplirse en algún momento cercano. Me gustaría mucho que pudieran leerlo.

