Poesía

Poesía: Luna de Shinshoji

Fue una tarde en un país diferente al mío
era el último arrebol que vería ahí
ningún otro se le compararía jamás
ese atardecer no se volvería a repetir
aunque viajara mil veces al mismo lugar.

La luna se veía encima de la pagoda
redonda, amarilla, enorme
quería contrastar con el rojo de los templos
no necesitaba sobresalir
ella, como siempre, era la protagonista del lugar.

El suave viento movía los ema*
el sonido de la madera al mecerse era como música celestial
no hacía ni calor ni frío
la frescura era perfecta para ese momento del día.

No había nadie en el templo de Narita
tal vez unas dos o tres personas
el silencio era mi única compañía
en esa triste soledad al saber que al día siguiente
ya no pisaría ese mismo suelo
ni esas mismas calles.

Me acerqué a un barandal para ver el bosque que se abría frente a mí
lámparas de piedra adornaban el paisaje
la música de los ema seguían sonando
como coro de ángeles en cielo.

Un chico detrás de mi lloraba
nunca sabré si por tristeza, por el paisaje o porque, como yo,
me sentía demasiado sola.
¿Por qué tenía que llegar un final?
¿Por qué no podía quedarme ahí para siempre
viendo como el cielo se oscurecía poco a poco,
la luna se hacía más brillante y el frío era cada vez más fuerte?

Decidí que era momento de regresar al hostal,
pero antes me detuve en el templo principal para rezar
con lágrimas en los ojos arrojé una moneda e hice sonar la campana
el llanto no cesaba, no quería irme de aquel lugar.

Un señor se acercó para rezar junto a mí
no sé lo que había pedido, pero la tristeza me abandonó de repente
sabía que en algún otro momento volvería a rezar en ese mismo templo
aunque no fuera a la misma hora
el mismo día
o la misma experiencia
mi alma sabía que por más que quisieran cortar mis alas
Japón me llamaba a gritos para ser parte de él
para enseñarme su magia y así aprender a volar.

Sabía que algún día nos volveríamos a encontrar.

*Ema: Tablillas de madera en el que se escriben deseos u oraciones y se dejan colgadas a las afueras de los templos, especialmente sintoístas.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.