Vida diaria: Nuevos libros japoneses

Hace algunos días fue mi cumpleaños y como siempre que quiero que me regalen algo, pedí libros. Pero no sólo me regalaron, también yo misma me di obsequio; más libros. Lo mejor de todo es que fueron japoneses y como amante de la literatura japonesa, pues creí oportuno presumirles mis nuevos títulos.

Y nuevos libros japoneses

Hanakotoba, el lenguaje de las flores de Alex Pler

Es un libro que quise desde que supe de su existencia. Hay muchas palabras japonesas que no tienen traducción al español o que describen algo maravilloso, grande; incluso un sentimiento o un estado de ánimo.

Este es el caso de Mono no Aware, cuyo significado nos lo describe japonísimo como:

La sensibilidad o capacidad de sorprenderse o conmoverse, de sentir cierta melancolía o cierta tristeza ante lo efímero, ante la vida y el amor. Es la capacidad de sentir compasión o piedad, sin influencia alguna de religiones o credos. Es un sentimiento puramente humano que va más allá de lo superficial y se centra en algo más profundo.

Este tipo de sensibilidad es muy apreciada por los japoneses y muy usada en su literatura, escritura y poesía. Los japoneses se sorprenden por la efímero y le dan una importancia hacia aquello que se puede terminar de un momento a otro. Ese instante en el que un sentimiento es tan poderoso que puede llevar a las lágrimas.

Pues este libro tiene palabras como ésta. Son más de 150, además de que viene con fotografías a color. Es un libro maravilloso que me sumergirá más en esa cultura que tanto me gusta.

1Q84 parte 3 de Haruki Murakami

Hace tiempo que terminé los primeros dos tomos de la trilogía 1Q84 de este autor tan reconocido. Me dejó con ganas de saber qué sucedería después, con los personajes y con un mundo de otra dimensión en el que existen personajes atroces.

En todo el libro he tenido muchas preguntas y casi ninguna respuesta, espero que este libro termine por resolverlas y que me dé el final que tanto espero.

Las hierbas del camino de Natsume Soseki

Uno de los autores que más me gusta de la los años 1900 es Natsume Soseki. He leído muchos libros de él y he reseñados muchos otros. Junto a Osamu Dazai, Soseki me ha entregado historias variadas, llenas de sensibilidad, de crítica; incluso de sátira hacia su país y las costumbres occidentales que estaban adoptando en ese tiempo.

Cuando Japón abre sus puertas al mundo, mandó a muchos japoneses a occidente para saber lo que estaban haciendo y así prosperar como país. Soseki fue uno de ellos, pero al contrario de muchos autores, científicos o médicos; él no la pasó muy bien. Incluso en uno de sus libros, Daisuke, retrata el cómo se sentía acerca de las nuevas costumbres y de ese occidentalismo que llegaba a mares a un país tan tradicionalista y cerrado como lo es Japón.

Por eso, tener su biografía era justo y necesario. Tenía que saber de dónde provenía su inspiración, sus dudas; las fuertes críticas hacia la sociedad y la tristeza que caracterizó a muchas de sus obras.

Así como la biografía de Dazai, sé que este libro no me decepcionará.

El tren nocturno de la vía láctea de Miyazawa Kenji

No es un autor que mencione mucho, incluso no sabía mucho de él hasta que leí un cuento corto de él sobre gatos. Lo único que sabía era que El tren nocturno de la vía láctea era una fábula muy popular entre los niños japoneses y entre la historia literaria de Japón.

En la biblioteca, donde saco mis libros, no lo tienen, por lo que esperé la oportunidad para tenerlo. Y qué mejor momento que en mi cumpleaños —además de un atractivo descuento— para tenerlo.

El libro contiene tres cuentos infantiles. Matasaburo, el dios del viento; Gauche, el violonchelista y, por supuesto, su obra más famosa: El tren nocturno de la vía láctea.

Estoy contenta con la adquisición de estos nuevos libros japoneses. Mientras los vaya leyendo, les haré, por supuesto, su respectiva reseña.