
Poesía: música de gaita
La gaita se escuchaba de fondo
mi espalda se recargaba en la tuya
y así hubiera pasado la época de lluvias,
pero te moviste para dejarme caer.
Amatista en un collar nuevo
que ataste a mi cuello en un tierno gesto
un acercamiento que no estaba planeado
donde tus ojos miraban al suelo.
Sostuve tu brazo
o un gesto sensible para acariciar tu rostro
una mirada que transmitía todas las sonrisas,
pero te volteaste para esconderte por dentro.
Distanciamiento entre dos paredes
las que ambos construimos con dolor
que no pude romper para entrar a tu corazón
y que yo volví a construir para proteger el mío.
Alguna caricia discreta
lágrimas invisibles que anhelaban tu atención
una mirada tímida que se desviaba a tu boca,
pero la cubriste para jamás volver a verla.
Las respuestas flotaban como notas musicales a preguntas no hechas
no existe química, armonía ni biología
forzar algo que no tiene vida como una melodía mal tocada
en la canción que terminó cuando desviaste la vista.
Sola en medio de tu compañía
te encerrabas dentro de tu fortaleza
envié dragones al ritmo de tambores,
pero los mataste al mostrarte indiferente.
A los ojos de todos sólo éramos amigos
en mi corazón buscaba un roce tuyo
la música es escuchaba triste como mi baile
alrededor existía una fiesta fúnebre.
La gaita se escuchó de fondo
dancé sin ti toda la noche
tu cuerpo presente estaba detrás del mío,
pero tu alma escondida dentro de la oscuridad que creaste.
Terminó un día de alegrías y tristezas
por momento me sentía querida
sólo fue una fantasía como la que invita la música celta
al final ni un toque, ni una sonrisa, ni un adiós nos mantuvo cerca.

