
La magia del Kindle
No les había contado, pero en mi cumpleaños de este año me regalaron una Kindle. Esto debido a que muchos libros japoneses los leía en el celular porque 1)están muy caros; 2)no están en México; 3)sólo existe versión en inglés; 4)ya no he ido a la biblioteca japonesa por la pandemia. Entonces, al hacer esto, me dio una migraña de una semana y casi pierdo la vista —bueno, lo de la vista exagero, pero la migraña fue real—.
La verdad es que siempre estuve en contra de leer libros digitales porque los físicos son amor puro, pero desde que tengo la Kindle, he sido muy feliz. No sólo porque puedo leer millones de libros, sino porque es muy cómodo leer con él.
Amo traer mi libro de cien kilos en la mochila, pero traer cien libros en la Kindle en la bolsa es otra cosa. Adoro oler libros nuevos, acomodarlos en mis repisas, pero ya no tengo espacio y la Kindle sólo ocupa un pequeño lugar en mi mesa de noche. Soy amante de leer en la cama, pero luego, de lado, con el libro físico es un poco molesto. Con la Kindle es mega cómodo leer de lado y acomodar el aparato. Me encanta cuando llega un libro nuevo a mi vida, quitarle el plástico y saborearlo —no de forma literal ja, ja, ja— cuando fue un libro difícil de conseguir, pero tener todo un catálogo casi ilimitado, es una maravilla. Soy una persona tsundoku, tengo muchos libros son leer y sigo comprando más. Me pasa lo mismo con la Kindle, así que esa sensación de tener libros y no leerlos es la misma.
En fin, después de no querer libros digitales, ahora estoy muy contenta con mi Kindle y la cargo a todos lados. Es mucho más fácil.
No creí que tener una Kindle trajera tantos beneficios, pero sí, la magia del aparato es maravillosa y, aunque prefiero un millón de veces los libros físicos, abrazo mi Kindle porque también me trae un millón de experiencias hermosas.

