¿Por qué leo literatura japonesa?
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¿Por qué leo literatura japonesa?

Mi gusto por Japón y mi historia con la literatura japonesa viene de muchos, pero muchos años atrás (Yo creo que fácil unos 27-29 años).

Como muchas personas, empecé por el anime (ahora ya ni veo). En mi lista estuvieron clásicos como Heidi, Candy Candy, Los caballeros del zodiaco, Dragon Ball, etc. Después me seguí a la música, en especial el género Visual Kei del que tuve una página de noticias, realicé una tesina y asistí a todos los conciertos en la CDMX para escribir las reseñas; a los doramas (cientos de títulos, empezando por Hanakimi y Hana yori dango) y al manga (ya hablaré más de eso en el siguiente párrafo).

Japón siempre estuvo a mi lado y la literatura también. Leo desde muy niña, desde los cinco o seis años y mi amor por los libros incrementó con el tiempo por lo que, mi primer intento de acercamiento real con las letras y el país nipón, fue juntarlos con el manga. No sólo lo leía, sino que también fundé un fansub donde traducíamos y editábamos (varios interesados y yo) manga al español sin fines de lucro. Fue una práctica hermosa que disfruté muchísimo. Leí bastante, tanto, tanto hasta que lo dejé porque no me daba la vida y porque se crearon páginas más reconocidas.

Cuando entré de lleno a la literatura japonesa

libros japoneses

Cuando entré a la universidad y tuve acceso a muchos libros gracias a la biblioteca, fue cuando empecé a leer libros japoneses, novelas, cuentos; literatura. Comencé con Banana Yoshimoto (Amrita) y Haruki Murakami (Sputnik, mi amor). Al principio Murakami no me gustó nada (aunque después lo retomé), pero Banana sí, por lo que quise leer más libros japoneses (porque en la biblioteca ya no habían más de Yoshimoto).

Me encontré con Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama (no me gustó), El rumor del oleaje de Yukio Mishima (fue meh para mí) y El rumor de la montaña de Yasunari Kawabata (no le entendí). Cabe mencionar que en ese tiempo leía mucha fantasía (Harry Potter), terror vampiresco (sí, sí, Crepúsculo) y lo que me llegara a las manos. Por esas fechas también leí Memorias de una Geisha de Arthur Golden y sí, conozco la historia macabra, pero en ese momento lo amé muchísimo.

Y así, mezclaba libros nipones con manga y otro tipo de literatura. Así conocí a otros autores, leí a mi autora favorita y bueno, muchos, muchos libros.

No fue hasta que fui a un festival japonés en la ciudad cuando mi interés creció más y más. Incluso ese crecimiento estuvo empatado con mi primer viaje a Japón. Leí Cuentos de hadas japoneses de Grace James; el libro de haiku de Natsume Soseki: Tintes del cielo; Geisha de Liza Dalby y otros títulos por ahí como Cuentos japoneses de doncellas de Grace James y Geisha de Stephen y Ethel Longstreet. Leí la verdadera historia de Memorias de una geisha: Vida de una geisha de Iwasaki Mineko; El aro de Koji Susuki; La cortesana de las flores de Ayako Miyagi, entre otros que no recuerdo por ahora.

Mi tercer viaje me abrió los ojos

Cuando me metí de hocico a la literatura japonesa fue después de mi tercer viaje a los japonecios. Llegué con una tristeza tan grande y una melancolía que de verdad suspiraba todo el tiempo. Me sentía tan vacía que necesitaba, de alguna forma, regresar a ese lugar que me hizo sentir feliz por cerca de dos meses. Tuve malas experiencias y conocí las dos caras de la moneda de Japón, sí. Descubrí que lo que pintan del país es exagerado en algunas cosas, también, pero no me importaba. Sí, cosas horribles y cosas bellas, pero de verdad, prometo que el silencio y la tranquilidad de que se respira en Kioto u Osaka, o los pueblos alejados de la sociedad (porque Tokio no me gusta), es algo que no he sentido en otro lugar y eso, eso era lo que tanto extrañaba. Por eso, gracias a mi hermana y la biblioteca de la escuela donde trabaja, pude leer varios títulos de autores japoneses y sentir al país cerca de mí otra vez.

Retorné con El lago de Banana Yoshimoto y me enamoré de ella. Seguí con Los años de peregrinación del chico sin color de Haruki Murakami, y me enamoré de su estilo nostálgico. ¿Recuerdan que dije que no me había gustado, pues me arrepentí cuando terminé este libro. Lo leí con cautela porque tenía el mal trago pasado, pero puff, este libro me tocó muy profundo, al igual que El lago.

Y de ahí partí en nave espacial al mundo de la literatura nipona. La cosa se puso más bonita cuando descubrí una biblioteca exclusiva de libros japoneses y le di vuelo. Podía sacar cinco libros por un mes y, como inscribí a mi hermana, pues sacaba bajo su nombre otros cinco.

Leí como nunca y era súper, súper feliz. Conocí muchos autores, sus historias, sus vidas. Descubrí a mi Natsume Soseki, me empapé de Banana y le sufrí con mi Dazai Osamu. De verdad, no había quien me parara. Hasta que llegó la pandemia.

Con todo y pandemia, nadie me detuvo

Antes de la pandemia, en el 2019, me inscribí a un club de lectura online (el cual se transformó, cambió de dueña [osea yo] y sigue vigente hasta el momento. Se las presento: tsundoku.literatura.japonesa).

Luego vino la pandemia y me volví loca porque cerraron la biblioteca y tenía miedo de salir a una librería, pero eso no me detuvo. Compraba los libros online, compraba libros digitales y sí, lamento y me avergüenza decirlo, le entré duro a la piratería. (Aunque muchos de esos libros ya los compré en físico). Estudié haiku, leí mucha poesía y conocí títulos por montón, autores, obras, periodos. Incluso cuentas de Instagram que me ayudaron a crecer mi acervo. En otras palabras, la pandemia me sirvió para incrementar mi amor por la literatura japonesa y saber, firmemente, que a eso me quiero dedicar.

Sí, deseo especializarme, estudiar (estoy en varios cursos y más clubes de lectura) y enseñar. Quiero difundir en México este tipo de literatura, mostrar, encaminar, hablar, amar. Me han rechazado dos veces para trabajar en la Fundación, pero eso no me detiene, puedo hacerlo sola y sé que lo haré.

Me encanta la literatura nipona; adoro Japón con todo y sus cosas molestas y hermosas; la música y la comida son mi top 10 y los libros, bueno… No hay cómo expresar el amor que les tengo y más si son japoneses.

He tomado la decisión de que es a lo que le quiero dedicar los días de mi vida, además de escribir y enseñar creación literaria. Ah, y se me olvidaba, el té por supuesto, el té que tanto me ayuda y me conecta con el universo. Así que ya lo saben. ¡Voy con todo!

Prometo contar más al respecto.

Por cierto, como dato adicional, mi nuevo libro, del que aún no me hablado (jejeje), está ambientado en Japón y tiene muchas cosas bonis. Se llama Chiyoko. Ahí lo dejo en negritas jajaja.

Y después de tanto choro, ¿Por qué leo literatura japonesa?

🎋Porque me recuerda mis viajes a Japón y me transportan a sus calles, sus sonidos, sus sabores…

🎋Porque es una literatura pausada. No tengo prisa por leerla, ella sola me calma y la leo de manera tranquila.

🎋Porque tiene mucha conexión con la naturaleza.

🎋Porque me enseña tanto lo bueno y lo malo del país.

🎋Porque tienen muchas emociones sutiles, no explosivas.

🎋Porque se adecuan a mi forma de escribir y me inspiran.

🎋Porque narran la vida diaria y, aunque pareciera que no pasa nada, la verdad es que sucede todo.

🎋Porque la mayoría son demasiado tristes y nostálgicos y me encantan las historias llenas de tristeza.

🎋Porque descubro un mundo diferente.

🎋Por sus personajes solitarios y toda la atmósfera de soledad que retratan los escritores.

🎋Porque se conecta con mis sentimientos.

🎋Porque refuerza mis conocimientos y mi gusto sobre el país.

🎋Porque evoco todo lo que viví en Japón, tanto lo bueno como lo malo; la comida, mis caminatas, las emociones que sentí, la religión, el silencio.

🎋Porque sus temas son muy variados y no temen en mostrarlos.

🎋Porque, en resumen, es tranquila, melancólica, solitaria y espiritual.

En fin, espero que no se me haya pasado nada por alto, hay mucho por escribir (sí, más jajaja). Me apasiona mucho y se ha vuelto mi vida, mi día a día y no me detendré ahora, aunque me esté muriendo.

Por otro lado:

¿Ustedes leen literatura japonesa? ¿Por qué? ¿Les interesaría conocerla más? Los leo en comentarios.

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