• Cuento #3: El día en el que creí perderte

    La tierra se movió de repente. Nadie se lo esperaba. Un terremoto que destruyó edificios, casas y familias. El terror fue sofocante, como el calor que hizo esa tarde de verano. No conocí la desgracia hasta que salí del subterráneo y me di cuenta de la realidad. El pánico de las personas era respirable, palpable; casi material, como si le pudiera moldear una forma y un aroma, incluso un color, igual al de la pantalla verde del celular que parpadeaba debido a los mensajes que me llegaban sin parar, incluido el tuyo. —Responde, Rosée. ¿Cómo estás? ¿Todo bien? Dibujé una sonrisa a pesar de la pena que flotaba alrededor. Te…