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Chiyoko: finalista del concurso Editorial Endira

Hace un par de semanas les hablé sobre Chiyoko, el cuento que estaba en concurso y que tenía toda la fe por verlo ganar.

El 31 de julio, la editorial Endira anunció al ganador y finalistas del concurso y, aunque no ganó, el cuento se consideró como posible ganador  y entró hasta la ronda final; colándose en la lista de los títulos que se publicarán dentro de una antología.

Al inicio me sentí triste porque el cuento no fue el número uno. Lo consideré un buen cuento; aunque, al parecer, no tanto como para llegar a tener la victoria. Me defraudé un poco de mí, de mi escritura y de que no servía para esto.

Pero después de pensar con claridad, respirar y darme cuenta de que mi relato estaba en la lista; caí en la cuenta de que no fue una pérdida; sino una victoria más en mi camino como escritora; que debo seguir aprendiendo, mejorando y sobre todo, escribiendo, escribiendo mucho.

Lo mejor de todo es que será publicado en una antología junto a los demás cuentos finalistas y, por supuesto, el ganador. Es todo un honor saber que Chiyoko será reconocido por lo que es, por lo que transmite y por el amor que le puse en cada línea. Es un logro más ya que ustedes, mis lectores, podrán disfrutar de este cuento en el que deposité mi corazón en cada una de sus letras.

El aprendizaje de Chiyoko

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A pesar de que tengo mi libro publicado, he participado en muchos concursos antes y mis historias han sido publicadas con anterioridad; este cuento me ayudó mucho a descubrirme como persona y escritora. Me abrió mucho el panorama de lo que me gusta hacer; a entender que la manera en que escribo está bien y que paso a paso, el sendero de la escritura se abre ante mí.

—El libro del té —dijo hacia la nada. —Filosofía, belleza y pureza. No sólo del té, sino de la vida.

Chiyoko salió de varias partes de mi vida: de mis viajes y amor por Japón; de ese realismo mágico o ficción dentro del mundo real que tanto me gusta describir. La espiritualidad que descubrí gracias al té, lo que viví y sentí en mi tercer viaje; lo que descubrí cuando por tercera vez pise suelo nipón. Fue un cúmulo de emociones, vivencias e historia de vida que deposité en cada línea, verso y párrafo del cuento.

También, salió de los libros japoneses que he leído. Además, me abrió las puertas para seguir leyendo más, empaparme de su filosofía; de la manera en que ven el mundo, las cosas y la vida. De esa manera natural y nostálgica en la que existen a diario.

Desde pensar la historia hasta ser finalista

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La historia salió una tarde de lluvia en Tokio, pero no fue hasta que regresé a México cuando, atravesada por la tristeza de dejar una vez más el país, decidí darle estructura al relato.

Tarde más o menos unas tres semanas en terminar de escribirlo. De acoplarme a los lineamentos y darle el sentido que deseaba mostrar. Cuando lean la historia, les contaré un par de secretos.

Después llegó la fase de corrección y revisión. Le mandé el texto a mi correctora de cabecera y después de dos semanas, el texto estaba listo para enviarlo a concurso. Me dio mucho miedo, terror si he de ser sincera. Ya me han leído antes y he mostrado mi escritura al mundo. Pero cómo todo, cada uno de mis textos tienen algo de mí en su interior y es difícil abrir el corazón para que alguien más lo lea; especialmente si es para un concurso.

Lo peor de todo es que, por los nervios envié mal la carta de “derechos de autor”, el sobre manchado y la dirección toda tachoneada. Una vergüenza la verdad. Creí que me devolverían mi texto; la editorial o Correos de México.

El tiempo se me hizo eterno. Pasaron cerca de tres meses para dar el veredicto; para conocer el resultado de que mi cuento, aquel que escribí con el alma, estará publicado en un libro. Y no sólo eso; será presentado en la Feria del Libro de Guadalajara, promocionado en la feria más importante del país. En otras palabras, estaré rodeada de escritores y conocedores de la literatura junto a un libro que contiene una de las historias que más he amado escribir. No puedo pedir más que mis historias sean reconocidas y que más lectores conozcan, lean y amen lo que hago; así como yo.

Chiyoko es pasión, amor y orgullo. Gracias a que existe, mi futuro como escritora comenzará a resurgir.

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