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Serie de micro cuentos de noche #5: Quédate con el cambio
Era de noche cuando el teléfono sonó. Trabajaba en horario nocturno como repartidor de una farmacia. Miré el cielo. Un torrente de agua caía desde la oscuridad asfixiante de la noche. Sería peligroso salir con la lluvia que se desplomaba como cascadas. Me puse el impermeable, arranqué la motocicleta y con cuidado empecé el viaje. Todavía ni llevaba media cuadra cuando ya estaba empapado desde la cabeza hasta los pies. Debido al viento el agua se me metía hasta por lugares insospechados. La lluvia nunca disminuyó en todo el camino, pero al menos ya estaba en lugar. La casa permanecía en completa oscuridad. La tormenta hacía que la fachada se…
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Microcuento #7: En el callejón
Ella lo abrazó en el callejón. Casi anochecía y nadie pasaba por ahí. Ni personas ni automóviles, sólo el frío del invierno que giraba alrededor de ellos, como si quisiera ser parte de lo que se formaba entre ellos dos. Él rodeó su cintura y emitió un sonido bajo, un lento suspiro que salió de sus labios en señal de satisfacción. —Se siente tan bien —dijo ella con ternura, como si fuera una niña pequeña. Inhaló el aroma de su cuello y pegó su cuerpo más al de él. Quería mostrarle lo mucho que lo deseaba. —Sí—respondió él en un susurro parecido al ronroneo de un gato. No hizo movimiento…
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Serie de microcuentos de noche #4: El bar
No era la primera vez que pasaba por aquel bar. Después del trabajo, cansado y con la corbata en la mano, veía las luces encendidas, a la gente formada y escuchaba el sonido de bandas que tocaban en vivo o voces privilegiadas dentro del lugar; pero nunca me decidí a entrar. Una tarde de viernes, salí de mi trabajo más temprano de lo habitual. Decidí irme a casa para descansar. Me lo merecía. Pasé frente al bar de siempre. El sol aún seguía brillando en el cielo, por lo que el establecimiento estaba completamente cerrado. Ni una luz, ningún sonido; nadie de pie esperando su turno. Verlo tan solitario me…
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Serie de microcuentos de noche #3: Ella
Apagué la computadora. Miré el reloj. Eran las tres de la madrugada. De tanto escribir quedé cansado de la vista. Necesitaba dormir, pero la novela en la que trabajaba no me dejaba tranquilo. Fue en un sueño. La conocí encima de un risco, al anochecer. Me dijo que tenía que escribir sobre ella, sobre su vida; que todo el mundo tenía que saber lo que le sucedió. Llevaba tres días sin dejar de escribir. Dejé mi trabajo, mi vida y me dediqué a las tazas de café y a las palabras que salían sin control gracias al golpeteo de mis dedos en el teclado. Pero finalmente el cansancio me venció.…
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Serie de microcuentos de noche #2: En la salida
Trabajé hasta altas horas de la noche. Cuando dejé la oficina sabía que no estaba sola. No era la primera vez, algo o alguien me acompañó durante el trayecto en el pasillo y en el elevador. Varias veces miré encima de mi hombro, pero nunca vi nada; ni una sombra, ni un movimiento. —Hasta mañana —le dije al guardia de la entrada. Cuando se estacionó el taxi frente al edificio escuché que el policía se despedía de alguien más. Me giré, pero no había nadie. Tal vez sólo fue mi imaginación. Otra vez.
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Microcuento #6: Camino
Ambas carreteras estaban frente a ella. El camino de la derecha dibujaba una ce perfecta, lisa, apacible y que se perdía entre los árboles. De lado izquierdo, el sendero gris serpenteaba como si jugase con el follaje; inquieta y traviesa para perderse en la lejanía color verde. Ahí estaba ella, de pie en el centro de estas dos vertientes. Aún no decidía cómo sería su nueva vida: pacífica, lineal, recta y directa como el camino de su derecha; o intensa, cambiante, aventurera e intranquila así como el trayecto de la izquierda. Estaba a punto de nacer y no sabía qué rumbo tomar. La vida se resumía en aventuras, atrevimientos y…
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Microcuento #4: Goshuin
Goshuin Mi hermana me regaló la libreta. La portada de madera tenía escrita la frase «The life is beautiful even with mistakes». Su interior era de hojas color blanco. —Para cuando hagas tu viaje —me dijo —, y relates en él lo que vivas a diario. Poesía o un diario, el cuaderno aún desea ser llenado. Sigue guardado, a la espera de ese viaje que no se ha concretado. A Japón no iré a escribir, sino a ilustrar sus hojas con sellos de los lugares turísticos, con los goshuin de cada santuario.
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Pensamiento #1: Nunca volví a vivir
Nunca volví a vivir No desperté, después de la carta que le envié, jamás volví a abrir los ojos. Lo amaba, sólo eso podía decir, porque él no a mí y nunca sería así, como lo imaginaba, junto a mí. No morí, o eso es lo que las personas creen de mí, cuando me ven sonreír; sólo nunca volví a vivir, a sentir, ni a ver el mundo de otra tonalidad que no fuera el gris.
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Escritura: Libro de Microrrelatos Sweek
Hace aproximadamente dos años, cuando empecé a mandar mis escritos a concursos y que las personas leyeran mis textos, conocí Sweek, una plataforma parecida a Wattap en el que subía mis cuentos y poemas para darme a conocer entre la comunidad lectora. La forma en que conocí la plataforma fue gracias a un concurso de micro cuentos en el que decidí participar. La dinámica era sencilla, cada mes el tema a desarrollar era diferente y la longitud de hasta doscientas palabras. El área que más me gusta al momento de escribir son los micro relatos o cuentos cortos, por lo que decidí participar en tres categorías: MicroLibro, MicroAbuelo y MicroCorazón.…
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Microcuento #2: Estrella
17 de julio Siempre que levanto la mirada hacia el cielo nocturno, observo la misma estrella. No esa que brilla con intensidad o la que pertenece a una constelación; sino aquella pequeña, la que comenzó a resplandecer una noche; cuya tenue luz me reconforta, me calienta, me abraza y me guía para no perderme por el cosmos. ¿Cómo sé que siempre observo la misma? Porque esa estrella es mi padre.